Jordi Calvet / EFE-
En Bavet, el principal paso fronterizo de Camboya a Vietnam, fueron surgiendo, de la nada, durante los últimos años doce locales de juego de nombres tan rimbombantes como Las Vegas Sun, Chateaux, Winn o Le Macau, unos edificios de dimensiones grotescas visitados a diario por decenas de vietnamitas que desean dar rienda suelta a su pasión por las apuestas cien metros más allá de la garita fronteriza. No obstante, el despliegue de neones no consigue ocultar la pobreza que siempre rodeó el puesto fronterizo. Más bien, el contraste exacerba la miseria de los chamizos de centenares de cambistas, mendigos, vendedores o contrabandistas de poca monta que pararon en Bavet atraídos por el color de un dinero que apenas llegan a ver. En la imagen, una mujer amontona cartones para venderlos y debajo de ellos oculta tabaco de contrabando, en Bavet (Camboya).(20minutos.es)
-En Bavet, el principal paso fronterizo de Camboya a Vietnam, fueron surgiendo, de la nada, durante los últimos años doce locales de juego de nombres tan rimbombantes como Las Vegas Sun, Chateaux, Winn o Le Macau, unos edificios de dimensiones grotescas visitados a diario por decenas de vietnamitas que desean dar rienda suelta a su pasión por las apuestas cien metros más allá de la garita fronteriza. No obstante, el despliegue de neones no consigue ocultar la pobreza que siempre rodeó el puesto fronterizo. Más bien, el contraste exacerba la miseria de los chamizos de centenares de cambistas, mendigos, vendedores o contrabandistas de poca monta que pararon en Bavet atraídos por el color de un dinero que apenas llegan a ver. En la imagen, una mujer amontona cartones para venderlos y debajo de ellos oculta tabaco de contrabando, en Bavet (Camboya).(20minutos.es)
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